Trucos para quitar agujetas rápido
Puede decirse con casi total seguridad que no hay persona en el mundo que no haya experimentado en alguna ocasión el incómodo dolor de agujetas. Aunque lo normal es que surjan después de haber realizado un sobreesfuerzo físico, no son pocas las ocasiones en que hacen su aparición después de haber dado un simple paseo o de haber llevado a cabo algunas tareas cotidianas que en nada suelen afectarnos la mayor parte de las veces.
Y es que las agujetas no solo están relacionadas con la intensidad del ejercicio físico, también lo están con el modo en que lo realizamos, el calentamiento previo y el enfriamiento posterior, la hidratación o los alimentos que hayamos ingerido.
A continuación vamos a mostrarte qué son estas micro roturas fibrilares, los mejores trucos para quitar agujetas rápido y también las formas más adecuadas de prevenir su aparición
Qué son las agujetas
Las agujetas son molestias o dolores que sentimos en los músculos cuando sometemos a sus fibras a un sobreesfuerzo. Suelen aparecer cuando llevamos a cabo un ejercicio al que no estamos acostumbrados, aunque en ocasiones nos sorprenden tras la realización de uno o varios ejercicios que llevamos a cabo de manera habitual.
Al no requerir casi nunca de asistencia médica no existen estadísticas fiables sobre la incidencia de este dolor muscular, aunque todo parece indicar que prácticamente el 100% de la población lo sufre en diferentes momentos de su vida (solo tienes que hacer una pequeña encuesta en tu entorno social para darte cuenta de que es más difícil encontrar a alguien que no las haya experimentado que a una aguja en un pajar o a un trébol de cuatro hojas).
El dolor muscular de las agujetas es más intenso en los puntos en los que se unen los músculos con los tendones, las llamadas partes distales, aunque en los casos más graves, cuando el dolor es casi inhabilitante, puede llegar a afectar a todo el músculo, que se queda tumefacto y tenso. Son esas ocasiones en las que prácticamente no puedes hacer nada porque el más leve movimiento te provoca un dolor insoportable.
Una de las características de las agujetas es que no aparecen inmediatamente después de haber realizado el sobreesfuerzo, sino que se manifiestan unas horas después, muchas veces al día siguiente. El peor momento suele pasarse unas 48 horas después de haber realizado la actividad que las causó y empiezan a remitir a a partir del tercer día, hasta su completa desaparición a los 5 o 6 días.
Además del dolor, otros síntomas de las agujetas son la disminución de la fuerza y la flexibilidad de la zona afectada, hinchazón o espasmos.
Como aliviar las agujetas
Cuando sufrimos este tipo de dolor lo primero que pensamos es en cómo quitar agujetas al instante, incluso antes de que muestren sus primeros síntomas. En ocasiones sabemos que hemos puesto nuestro físico al límite en el gimnasio, en una excursión a la montaña o, simplemente, cargando y descargando cajas en una mudanza, y que debemos actuar con celeridad para evitar o, al menos, aliviar, el previsible dolor muscular que se avecina.
Para esto existen numerosos trucos, pero antes de enumerarlos es necesario desmentir uno de los más utilizados y, a su vez, más inútiles; aunque nuestras abuelas nos enseñaran cómo quitar agujetas en 5 minutos bebiendo un enorme vaso de agua con mucha azúcar, lo cierto es que esta bebida no sirve absolutamente para nada en relación a las agujetas. Como mucho puede valer para recuperar un poco la energía, con el efecto de cualquier bebida isotónica; pero, no lo dudes, los dolores no te los quita (es, como se dice hoy en día, un fake).
Una vez que hemos descartado la eficacia de este viejo y extendido truco, pasamos a enumerar los remedios que sí incidirán positivamente en la regeneración de tus fibras musculares.
Recuperación activa
Dice el refrán que un clavo saca otro clavo, y ya se sabe que el refranero es muy sabio. La recuperación activa de las agujetas consiste en combatir el sobreesfuerzo realizado al hacer ejercicio con más ejercicio, pero en este caso con una intensidad suave. De este modo se reactiva la circulación y se contribuye a que los nutrientes lleguen a los músculos, regenerándolos.
Los ejercicios deben ser de bajo impacto (natación, caminatas, pilates...), huyendo siempre de los más agresivos, como el running o el levantamiento de pesas.
Masaje con crema muscular
Un masaje en las zonas más castigadas tras la realización de un sobreesfuerzo físico es otro de los remedios más adecuados para aliviar el dolor de agujetas. Para ello es conveniente que utilices una crema para masaje, a ser posible con árnica entre sus componentes.
Un suave masaje con una pequeña cantidad de este producto antes de acostarte conseguirá que te levantes como nuevo al día siguiente.
Aplicar hielo en la zona
Cuántas veces al terminar una jornada en la que nos hemos machacado físicamente decimos: “¡Qué ganas tengo de llegar a casa y darme una buena ducha caliente!”. Sí, es una imagen muy atractiva, pero no siempre es la más adecuada si queremos evitar el dolor de agujetas.
Porque es el frío, y no el calor, el que más va a contribuir a aliviar nuestros dolores musculares. Una ducha de agua fría seguida de la aplicación de hielo en las zonas más afectadas relaja los músculos y contribuye a que se desinflamen.
Eso sí, recuerda no aplicar el hielo directamente en la piel, ya que podría causarte quemaduras (sí, no solo quema el fuego); es mejor que lo hagas envolviendo el hielo en una gasa o trapo. Con aplicarlo durante unos 10 minutos será más que suficiente.
Practicar yoga
El yoga es una disciplina que nos ayuda a equilibrar nuestro cuerpo y nuestra mente, y en el caso del dolor de agujetas es también uno de nuestros grandes aliados.
Son numerosas las posturas de yoga que puedes realizar tras una intensa sesión de ejercicio que te ayudarán a estirar y relajar tus músculos, evitando la aparición de las indeseadas agujetas: círculos con la cabeza, estiramiento de brazos, manos y dedos, extensiones de espalda y cuádriceps, flexiones de caderas, rotaciones de la pelvis...
Frutos secos ricos en calcio
El calcio no solo es uno de los minerales más importantes para el mantenimiento de nuestros huesos y articulaciones, también es fundamental para facilitar la contracción de los músculos.
Por este motivo se aconseja que después de una sesión fuerte de ejercicio, incluso durante la realización del mismo, ingieras una buena cantidad de frutos secos, especialmente avellanas, ya que son muy ricos en calcio (de ahí que muchos montañistas vayan bien provistos de estos alimentos en sus mochilas durante sus excursiones).
Como prevenir las agujetas
No solo es posible aliviar el dolor de agujetas, también es posible prevenir su aparición siguiendo una serie de sencillos consejos.
En primer lugar debes realizar un buen calentamiento antes de empezar cualquier actividad (no solo deportiva, sino de cualquier tipo). Del mismo modo, debes realizar ejercicios de enfriamiento tras acabarla (descansa alrededor de un cuarto de hora antes de iniciarlos).
El deporte es fundamental para gozar de una buena salud, pero a nuestro organismo le ocurre lo mismo que a Roma: no se construye en un día. Esto quiere decir que nunca debes empezar a practicar ejercicio a lo bestia, sino gradualmente.
Si nunca has sido deportista, si vas a iniciarte en una nueva disciplina o si llevas algún tiempo sin entrenar, es aconsejable que empieces tus sesiones de una forma gradual y progresiva: 20 minutos el primer día, media hora al siguiente, tres cuartos de hora cuando ya lleves una semana... En caso contrario lo más probable es que sufras un dolor de agujetas que te deje casi sin movilidad.
Por último, cuida tu alimentación antes y después de practicar ejercicio, así como tu hidratación, dos aspectos básicos para la regeneración muscular.
No te vamos a engañar, incluso siguiendo nuestros consejos es más que probable que, tarde o temprano, vuelvas a sufrir dolor de agujetas (hay días en los que llevamos a nuestro físico más allá de sus límites sin darnos cuenta). Lo que si podemos asegurarte es que con las pautas que te hemos marcado sufrirás las agujetas menos a menudo y de una forma mucho menos dolorosa.
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